Los orígenes

El emplazamiento físico de la ciudad histórica de Úbeda se llega a comprender en relación directa a su situación geográfica, que desde la antigüedad provocó que grupos humanos de la Edad del Cobre (III milenio a.C.) eligieran este punto geoestratégico como lugar de ocupación humana.

Úbeda, vista general

Este primer asentamiento se distribuyó en el territorio, sin más plan que la topografía que venía marcada por un espolón amesetado que mira al valle del Guadalquivir, un arroyo cuyo cauce se emplazaría en la plaza de Santa Maria y al Sur por un escarpe natural de carácter defensivo, límite físico de la ciudad. Unas condiciones de excelente visibilidad, abastecimiento de aguas y las fertiles tierras de las vegas del Guadalquivir, pusieron de manifiesto desde entonces y hasta la actualidad, las excelentes condiciones de ubicación de lo que siglos más tarde llegará a constituir el germen de la ciudad.

La Ubbadat al-Arab o Ubeda de los árabes

Charles Davillíer,1870 : "Ubeda es... una de las ciudades de Andalucía donde se ha conservado mejor el carácter árabe."

Fundada en el siglo IX , su situación geográfica será el núcleo de arranque desde donde crecerá y tomará forma esta ciudad en el trascurso de la historia.

Dispuesta en la vertiente Sur del actual emplazamiento, la morfología de la urbe es el resultado de una ocupación topográfica del terreno y el apiñamiento del caserío. La trama urbana se compartimentaba definiendo núcleos diferenciados: la medina, con la mezquita aljama sobre la que se asentaría la colegiata de Santa Maria, el zoco que ocuparía la plaza del Mercado, un recinto fortificado al que se adosaba un sólido alcázar y arrabales a extramuros relativamente autónomos que se encontraban cercados como parece ser el caso del barrio de San Millán al Suroeste de la ciudad. El trazado viario se define a base de unos ejes radiales que conectan la medina con las principales puertas de acceso, a las que se abren otras secundarias, transversales y adarves o calles sin salida. En al actualidad, la estructura viaria preexistente en el centro histórico es en buena parte herencia islámica.

Úbeda, vista general

El recinto amurallado (ss. IX-XVI)

Úbeda conserva casi en su totalidad el trazado originario musulmán, formado por un perímetro amurallado externo, que circunscribía la ciudad medieval y que hoy delimita la mayor parte del centro histórico, al que se adosaba un sólido alcázar-fortaleza de carácter militar- en cuyo interior estuvieron emplazadas la mezquita mayor y el palacio del gobernador.

Atribuida su erección a Haxen-Ben-Abdelaziz, ministro de Muhammad I, emir de Córdoba en el 852, el recinto será desde entonces objeto de numerosas devastaciones y remodelaciones. El primer gran desmantelamiento de las murallas tendrá lugar cuando las tropas de Alfonso VIII, tras vencer a los musulmanes en la batalla de las Navas de Tolosa -año 1212- asedian y toman la ciudad destruyendo parte del recinto fortificado. Posteriormente los almohades las reconstruyen mediante el recrecido de torres y muros, lo que hoy en día puede apreciarse en algunas torres del recinto externo del Alcázar. El recinto amurallado fue cuidado constantemente por los monarcas castellanos, desde Alfonso X a los Reyes Católicos. Tanto es así que afirmaban las crónicas que era la ciudad " mexor y más fuerte que ay en toda la Andalucia". Con la terminación de la guerra de Granada, que había convertido a la ciudad en avanzadilla cristiana, se destruye el alcázar en 1507 y será también a partir del siglo XVI cuando comience la muralla a sufrir un proceso de abandono y demolición. Nuevas viviendas se adosan a las murallas que cada vez tienen menos función. En el siglo XVIII sufrió con la invasión napoleónica y terminó de arruinarse con las intervenciones del siglo .XIX y parte de este siglo.

De las fuertes puertas que se distribuían a lo largo del recinto y que en muchos casos llevaban los nombres de las ciudades hacia las cuales estaban orientadas se conservan la puerta de Granada, del siglo XV, denominada así porque de ella partía el camino viejo de Granada, y la de Sabiote, también llamada del Losal, obra mudéjar del siglo XIV, o la reconstruida puerta de Santa Lucia o de Quesada. También se conservan algunas torres como la del reloj, del siglo XIII, reformada en el siglo XVI, y la torre octogonal, única torre albarrana del recinto. Así mismo, algunas calles de acceso conservan la estructura árabe y la posterior intervención mudéjar como es el caso de la entrada a la calle Real.

El recinto de intramuros contiene una extensión de 26 Hectáras. Por el Sur, el trazado viene limitado por la escarpadura del cerro sobre el que se asienta el Alcázar, mientras que por el Este, Norte y Oeste su limite viene dado por el paseo de Ronda.

 

La Ciudad Medieval Cristiana

En el siglo XIII, tras la conquista en 1233 de Úbeda por Femando III, la ciudad se transforma de musulmana en cristiana. La trama urbana se mantiene intacta; las mezquitas se hacen iglesias. La ciudad se organiza en base a parroquias, elementos de distribución de carácter religioso, administrativo y jurisdiccional. Es un proceso generalizado que las mezquitas de la ciudad fueran aprovechadas por los cristianos para edificar sus iglesias, como parecen ser los casos de las iglesias de San Pablo, San Pedro, San Millán o Santa María, mezquita aljama cuya fábrica se transforma para posibilitar el culto cristiano, cuya ceremonia precisa de una orientación espacial de sentido longitudinal.

Úbeda, vista general

Paralelamente se levantan una serie de templos, tanto tardo románicos como protogóticos, en un primer lugar, intramuros de la población y después, a extramuros, como son San Isidoro, antiguo convento de los Trinitarios, San Pedro o San Nicolás de Bar¡.

Once parroquias existían en la Úbeda medieval. Dentro del recinto amurallado Santa María, San Pablo, Santo Tomás, Santo Domingo, San Lorenzo y San Pedro y, a extramuros San Nicolás, San Millán, San Isidoro y las desaparecidas de San Juan Evangelista y San Juan Bautista.

Conjuntamente a la reestructuración interna, la ciudad crece, salta fuera de su recinto. Nuevas viviendas se adosan a las murallas, que una vez conquistado el reino Nazarita de Granada en 1492, cada vez tienen menos función real, aunque aún mantienen un alto valor simbólico. A partir de finales del siglo XIV y todo el siglo XV se van conformando los arrabales a extramuros, que llegaron a ser hasta un total de seis. Hoy, en general, la configuración de una imagen viaria y arquitectónica medieval pervive en determinados tramos del centro histórico, como el barrio de San Pablo, Santo Tomás o Santo Domingo, donde calles estrechas y laberínticos muestran la forma enrevesada de un entramado que tuvo un origen árabe.

La Úbeda del siglo XVI y el urbanismo del Renacimiento

El siglo XVI fue especialmente importante gracias a la feliz conjunción de la prosperidad económica que el cultivo de cereales, la ganadería e incluso una notable actividad artesanal proporcionó, y a la iniciativa constructora del alto clero y de una pequeña nobleza, que contaba con nombres tan singulares entre sus filas como Francisco de los Cobos, secretario del emperador o su sobrino Juan Vázquez de Molina con idéntico cargo. La familia de los Cobos dejó la impronta de sus gustos por el humanismo italiano, tanto en las edificaciones como en las plazas que las preceden y resaltan. El artífice material del Renacimiento jiennense, Andrés de Vandelvira deja aquí sus mejores obras.

Aunque los grandes cambios que desestructuran la imagen medieval comienzan durante los últimos decenios del siglo XV, estos se llevarán a cabo sobre todo a lo largo del siglo XVI, centuria en la que por otra parte hay una escasa ampliación del casco urbano respecto a siglos anteriores, ya que lo que se produce es un mejor aprovechamiento del terreno destinado a edificar, en espacios destinados hasta ahora a corrales y huertos. El final del siglo XV es de particular esplendor, impregnándose la ciudad de una importante arquitectura eclesial en gótico mudéjar y flamígero. Una nueva fase en la definición de la escena urbana es la demolición del alcázar en 1507 por orden de los Reyes Católicos, lo que cambia el perfil tardomedieval de la ciudad y reorienta radicalmente su sentido. El alcázar quedó convertido ta eras; hasta 1926, en que se construye un grupo escolar. El siglo XVI se inicia con un ansia de progreso. Numerosas obras, no sólo de la iglesia, sino también de señores terratenientes y del propio concejo, cuajan de palacios y casas solariegas a la ciudad e incluso se materializan ensayos puntuales de un nuevo concepto de urbanismo que marcarán desde entonces la fisonomía urbana.

Espacios públicos reestructurados o nuevos rigen la ordenación del tejido. La plaza de San Pablo en Úbeda, antiguo zoco de la ciudad musulmana, ahora porticada según modelos castellanos, estructurará los usos civiles y comerciales con la Casa del Concejo.

La plaza de Andalucía, formada al amparo de de la antigua puerta de Toledo, con la torre del reloj, centraliza e) crecimiento urbano de Úbeda hasta el siglo XIX. Desde este núcleo radiocéntrico surgirán las principales arterias: al Oeste, con la calle Nueva, dirección al Hospital de Santiago; la calle Trinidad al Norte; la calle Rastro, prolongación hacia la Cava, al Sur y la Corredera de San Femado al Este. El centro neurálgico de la población se había desplazado extramuros a esta plaza, que aún hoy tiene carácter de centro vital de la ciudad e indiscutible carácter hepicéntrico.

Más, en el propio entramado de la ciudad que a extramuros, se emprendieron mejoras urbanas de cierta ambición. Con la presencia inexcusable del trazado mudéjar medieval, el simbólico y físico cercado de las murallas y pequeñas plazuelas medievales irregulares, tal como la de los Carvajales, se picotan tramos medievales para levantar la plaza renacentista. Ejemplo máximo es el desgarro forzado de la trama medieval que provoca la irrupción inesperada y sorprendente de la espacial plaza Vázquez de Molina, espacio emblemático y funcional, símbolo inequívoco del poder y de una nueva fase en el concepto y forma de la ciudad.

Hay una revalorización de la plaza como espacio capaz de concentrar grandes multitudes para celebraciones de carácter cívico, religioso y lúdico; convirtiendo estos espacios en los centros privilegiados que concentran (palacios, iglesias, edificios notables, casas consistoriales...)

Las calles, en unos casos, se alinean; en otros, surgen en diseño planeado, como la calle Fuente Risas, crecimiento periférico al Oeste, ante la imposibilidad topográfica hacia el Sur por la depresión de la Loma hacia el Guadalquivir. En general, las fachadas de las casas solariegas se impregnan de elementos renacientes y delante de los palacios se programan espacios abiertos.

De manera global, se puede afirmar que la trama urbana de Úbeda está determinada y dinamizada por una arquitectura palaciega enquistada en la trama hispanomusulmana, que, al lado de la conventual del seiscientos, le da un tono aristocrático, nobiliario y señorial.

Las reformas y las creaciones urbanísticas son quizás las más interesantes que se llevaron a cabo en Andalucía, situándose a la cabeza en su renovación arquitectónica y en el proceso de transformación urbana llevada a cabo en gran medida por un nuevo concepto de la espacialidad y por mediación e implantación en la trama medieval de una arquitectura de extraordinaria calidad. La composición urbanística, a través de espacios y edificios, la hacen pertenecer a las más puras características de la España del Renacimiento y sin desmerecer de las tramas medievales, barrocas, populares y decimonónicas, el Renacimiento es su máximo atrayente.

De modo muy especial Úbeda constituye el exponente de una mentalidad renacentista y humanista que se expresa en su urbanismo. Sus promotores, mecenas, concejos, poderes eclesiásticos y sus autores, Siloé, Vandelvira ..., no sólo son excelsos arquitectos, sino concienzudos urbanistas que materializaron en la medida de lo posible una configuración urbana básicamente figurativa y planimétrica.

 

Del siglo XVII al siglo XIX. El modelo de una herencia urbana

Tras el urbanismo fuertemente delimitador del Renacimiento, a partir de los siglos XVII y XVIII, dos son los ejes que estructuran el conjunto urbano partiendo de la plaza de Andalucía: la calle Trinidad al Norte y la calle Nueva al Oeste con un foco de atracción que es el Hospital de Santiago. Hasta principios del siglo XX se repiten esquemas obsoletos en el diseño urbano; tanto es así, que los elementos arquitectónicos que se emprendieron en el siglo XVI perdurarán de manera anacrónica hasta bien entrado el siglo XVIII.

En general, durante el siglo XVIII y hasta el siglo XIX no se levantan significativos monumentos civiles ni religiosos. Los edificios ya no muestran innovaciones. El trazado viario prácticamente no se altera. La ciudad languidece, hasta que en el siglo XIX, en parte vuelve a acelerar su ritmo. El comercio se implanta con fuerza, lo que se manifiesta en su estampa urbana de construcciones decimonónicas.

La desamortización crea una nueva fuente de suelo urbano con la demolición de conventos y monasterios, como el de San Nicasio, en cuyo solar se construye la plaza de toros; el convento de San Andrés, que se transformará en cuartel, o los dominicos de la Coronada, jardín público y hoy mercado municipal de abastos.

Es un periodo de trescientos años en el que la ciudad no altera estructuras, limitándose a pervivir de una imagen urbana que le ha sido heredada

El siglo XX: inicio de un nuevo urbanismo

El comienzo del siglo XX conlleva un inicio de urbanización por manzanas paralelas a la carretera de Arquillos. Surgen varias calles y el paseo de la Explanada dedicado a paseo y a egido, limitado al norte por la carretera de Córdoba a Albacete. Entre 1923 y 1930 se construyen edificios oficiales en torno a las cuales comienzan a surgir viviendas. Desde mediados del siglo XX surgirán las expansiones de los barrios de protección oficial y con ellos los edificios plurifamiliares, los nuevos centros de enseñanza y las iglesias de escasas pretensiones artísticas. El nuevo crecimiento se perfila al N.E, con barrios como el del Cristo del Gallo o San Pedro; al Oeste, colegio salesiano y, como ejemplo singular de ciudad jardín, al Noroeste, con la colonia de San Rafael. Comienza un nuevo concepto de ciudad y de hombre alejados de la tradición.

El barrio comienza a tener una cierta autosuficiencia y a desligarse del concepto unitario de la ciudad.

La ciudad contemporánea

En la actualidad la ciudad de Úbeda se extiende y desarrolla por sus sectores norte y noroeste, en concreto en los márgenes de la N-322 y en tomo a la carretera comarcal 3.217, dirección la Carolina, justo en el lado opuesto al casco histórico.

Los nuevos proyectos urbanísticos prevén áreas residenciales de viviendas unifamiliares aisladas (ciudad jardín) rodeadas de áreas de equipamientos comunitarios y zonas verdes; así como edificaciones del tipo colectivo abierto -bloques con planta baja y cuatro pisos de viviendas-. En el Plan General dc Ordenación Urbana se contempla la futura macro proyección urbanística de lo que se ha dado en llamar el Parque Norte. Por último, hay que destacar el desarrollo de Úbeda por su extremo Suroeste en los últimos cinco años -Zona "El Comendador-, mediante viviendas unifamiliares adosadas, entre la Avenida de la Constitución y la Carretera de Jódar.

La ciudad actual tiene como punto de referencia obligada su ligazón con las arterias de comunicación. Es, por tanto, una ciudad actual con un modelo extraído del nuevo urbanismo.

La personalidad urbana de Úbeda, con 90 hectáreas de centro histórico y un origen árabe y fronterizo, sigue siendo el de una ciudad habitable desarrollada a lo largo de los siglos con un sistema urbano que, independientemente del momento histórico, ha tenido un epicentro. Estamos ante una ciudad, reflejo de una forma de vida determinada por las tradiciones, las relaciones de poder, la sociedad y la cultura. Hoy basta pasear por sus calles y plazas para descubrirla y percibir, como bien dijo Eugenio D'Ors que sigue teniendo un aire de ciudad recatada.

Fuente: Guía de Úbeda. Ciudad de Renacimiento. Editado por Ceder "La Loma" y realizado por el Módulo de Promoción y Desarrollo de la Escuela Taller de Úbeda. Ayuntamiento de Úbeda 1995

. Ayuntamiento de Úbeda 1995

 

 

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Fecha de la última actualización 02/11/07


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