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, planteando un modelo convencional que años más tarde será seguido en la región, como es el caso del antiguo cabildo jiennense construido por Francisco del Castillo el Viejo.
En la década de los cincuenta "las casas del cabildo" ubetense experimentarán una renovación edilicia que, según se desprende de las actas municipales, debió ser profunda.
En 1558 -aunque no disponemos de libros de acuerdos previos- ya figuran libramientos al cantero Antón Sánchez por las obras ejecutadas.
Un año después debían de estar concluidas las tiendas de su planta baja que, aunque estrechas -según opinión del Concejo- son puestas en almoneda Eran éstas pequeños establecimientos abiertos al Mercado, minúsculos portales con derecho a sacar banco al exterior, arrendados por el consistorio a los mercaderes y merceros de la ciudad.
Las obras, en este año, que son visitadas por Andrés de Vandelvira, deberían estar muy avanzadas, puesto que a los libramientos correspondientes a su maestro cantero, se une el dato significativo de que éste -que había recibido vivienda en la misma casa municipal- se ve forzado a abandonarla por entender el Concejo que ha concluido su labor.
Sin embargo, un año después, aún siguen efectuándose cargos en concepto de obra, librándose una cierta cantidad por el alquiler de una casa donde el Ayuntamiento continúa realizando sus sesiones.
Empero, todo parece indicar que las obras ya han sido acabadas, pues en los últimos meses de 1560 el pintor Alonso Ortega está procediendo a su decoración
Mediado el siguiente año, aunque el Concejo apremia a la ultimación de los trabajos, ya se está atendiendo la dotación de nuevo mobiliario de la Institución, así como su ornamentación
Según los datos extraídos de los acuerdos, la sala de cabildo alfombrada, debió disponer de un "poyo" de madera corrido y adosado a la pared. También son comprados ocho "paños" o tapices para cubrir los muros, al parecer de gran estimación y precio.
Contigua a ésta debió existir un pequeño oratorio, al cual se abastece de objetos litúrgicos para la celebración de misas mucho tiempo después.
Sabemos que en la decoración pictórica, junto a Alonso Ortega, interviene Pedro de Medina, posible padre del pintor Juan Esteban de Medina, o Juan Esteban de Úbeda, de notable protagonismo como artista entre los últimos años del siglo y las primeras décadas del XVII, quienes deben de ejecutar los medallones con las efigies de los Reyes de Castilla del salón de plenarios. Transcurridos unos meses, y tras la habitual visita de inspección, esta vez efectuada por oficiales venidos de Baeza, se confirma que las obras, al fin, están perfectamente acabadas.
Pero la configuración que en la actualidad presenta este edificio, su ordenación externa, poco tiene que ver con la fábrica de mediados del XVI.
Camón Aznar afirma que el actual espacio externo de las Casas Consistoriales, con su espléndida logia abierta a la plaza del Mercado, fue debido a una penúltima reforma comenzada en 1604
Mirador de las Casas Consistoriales |
Ignoramos los fundamentos documentales de esta aseveración que, por lo demás, no andaba muy descaminada. Y es que, en este mismo año el Concejo, ante una petición de limosna cursada por el Cabildo de la Colegial para sufragio de las obras que acababa de acometer en sus fachadas, acuerda ceder para pan durante tres años la Dehesa Concejo, o Cerro Buitrero, destinando sus rentas a la reparación de calzadas, subsidio a Santa María y, lo que es más revelador en este momento, para las obras de aderezo de las casas consistoriales.
Cinco años después, en 1609, y tal vez acabada la primera fase de los trabajos, es acordado que se haga un mirador en la casa de cabildos para que desde él puedan verse los festejos, "en el sitio en donde está comenzado a hacer el corredor"
Recordemos que en este mismo año el Concejo ha comprado unas casas vecinas con destino a una ampliación y creación del mencionado mirador.
Es bastante posible que por este tiempo ya estuvieran bien avanzadas -cuando no concluidas- las dos galerías porticadas, una hacia el Mercado, la otra hacia la Plaza de Abajo (hoy reducida a mero ensanche de la Rúa).
De ellas, la de poniente ha desaparecido y sólo se conservan los salmeres de los arcos de las antiguas bóvedas; mas la principal aún presenta su disposición original de tres arcos apeados en columnas pareadas corintias, con bóvedas vaídas cuyos empujes son solucionados por tirantas de hierro vistas, fenómeno que bien podemos considerar excepcional en la arquitectura española.
En definitiva nos encontramos ante un proyecto concebido como doble logia, de clara influencia italiana, y de cierta implantación en la arquitectura civil pública de Andalucía, Levante y Aragón, que es literalmente añadido al viejo cuerpo del consistorio.
En 1670 la galería porticada de la calle Rúa está amenazando ruina. Tres años después, el entallador Manuel del Álamo eleva petición al Cabildo para ser declarado libre de cargas y repartimentos lo que nos hace pensar que ya debe estar -de hecho- trabajando en el nuevo proyecto de reforma externa del Cabildo.
Esta reforma, última y definitiva, debió consistir en la supresión de la galería de poniente -aquejada de ruina-, construyendo una segunda arquería (si es que no estaba ya hecha), o mirador, sobre la principal, de seis arcos cuyos soportes alternan columnas pareadas o simples de orden jónico.
Una inscripción sobre el friso del entablamento nos da relación del año de su conclusión: "Siendo alcalde mayor D. José Afán de Rivera y Mayordomo D. Rodrigo de Molina, caballeros veinte y cuatros de esta ciudad de -Ubeda año 1680".
En el cuerpo superior, a ambos lados de los machones recrecidos, son instaladas dos hornacinas con las imágenes de San Miguel, patrón de la ciudad, y San Juan de la Cruz -beatificado en 1663-, copatrón de la misma.
Fuente: Úbeda Renacentista ©Arsenio Moreno Mendoza, 1993
En 1604 el Concejo de] a ciudad decide remodelar la sede del Ayuntamiento, que prácticamente durante todo el siglo XVI había estado ubicado en este lugar, pero en un edificio de características mas modestas.
Esta remodelación se organizó siguiendo el modelo común de los edificios civiles públicos del Renacimiento italiano, con fachada de doble galería porticada. La superior tenía función de balcón, desde el que los miembros del cabildo asistían a las celebraciones desarrolladas en la plaza, en tanto que la inferior servía como lugar de encuentros ciudadanos bajo cubierto, siguiendo la disposición de toda la plaza, que se encontraba porticada.
La fachada se encuentra flanqueada por dos machones, en cuya parte superior aparecen sendas hornacinas con las imágenes de San Miguel y San Juan de la Cruz, patrón y copatrón de la ciudad, respectivamente.
El edificio tuvo otra galería que daba a la Plaza de Abajo, hoy calle de María de Molina, suprimida por ruina a finales del siglo XVII, y de la que todavía son visibles el arranque de los arcos inferiores. En esta zona llama la atención un reloj mural de sol datado en 1604. Este sistema de medición del tiempo, utilizado ya por los antiguos egipcios, se basa en la posición de la sombra proyectada sobre una superficie lisa por una varilla denominada estilo o gnomon, que indica la situación del sol en ese momento y por lo tanto la hora solar. Relojes similares, del siglo XVII, aparecen también en el Hospital de Santiago, Capilla del Salvador, Iglesia de San Nicolás y Casa de las Torres.
Fuente: Guía de Úbeda. Ciudad de Renacimiento. Editado por Ceder "La Loma" y realizado por el Módulo de Promoción y Desarrollo de la Escuela Taller de Úbeda. Ayuntamiento de Úbeda 1995
Las antiguas Casas Consistoriales.
Construido -o totalmente remodelado- en 1604, según Camón, el antiguo Palacio del Concejo debió presentar en un principio una forma bien distinta a la actual. Ya, la primera noticia de estas Casas Consistoriales nos la brinda un documento, fechado en 1512, por el cual la Reina Juana manda la construcción de una Audiencia en Úbeda, según trazas de Siloé, trazas que a buen seguro nunca se llegaron a ejecutar.
Sin embargo es casi seguro que ya desde la remodelación de finales del XVI o principios del XVII existían los soportales, al menos en su arquería baja, construidos en torno a los dos lados del edificio, pues los salmeres de arranque de los arcos de la actual calle Rúa o María de Molina (idénticos a los de la fachada principal) así lo evidencia. Ambas logias correspondían, por separado, a plazas distintas y hoy, tras las reformas urbanísticas del XIX, desfiguradas. La fachada existente en la actualidad constituye un espacio emblemático y abierto a la Plaza del mercado; la galería, hoy inexistente, se abría a su vez a la desaparecida Plaza de Abajo, o centro urbano de carácter comercial. Declarada en ruinas esta galería, el Concejo ordena su demolición emprendiendo las definitivas obras de reforma en 1680. Estas obras, ejecutadas por el maestro Manuel del Álamo, consistían en añadir a la actual fachada un segundo cuerpo o arquería superior, reforzando éste con los machones laterales, en cuyo vértice superior son instaladas las hornacinas con las imágenes de San Miguel y San Juan de la Cruz, Patrón y Copatrón de la Ciudad.
El edificio, a juicio de Chueca Goitia queda concebido como una doble logia, por influencia notable de los edificios comunales italianos, influencia que en España se hace particularmente propicia en Aragón, Levante y Andalucía. El gran porche de la Planta baja -no olvidemos que en su costado lateral existió otro idéntico- está constituido en fachada por tres elegantísimos arcos que descansan sobre parejas de columnas corintias. Dada la fragilidad, muy andaluza, de los sistemas sustentantes, las bóvedas que lo cubren hubieran provocado peligrosos empujes de no ser por la utilización del recurso de los tirantes de hierro aparentes, caso rarísimo en España, que una vez más pone en relación el edificio con formas y procedimientos italianos. Las bóvedas, siguiendo una costumbre estilística comarcal, son vaídas.
Sobre la logia inferior, la superior en forma de galería se desarrolla en seis arcos de menor proporción, con juiciosa distribución de las columnillas sustentantes, simples o pareadas, según correspondencia con los arcos y soportes del piso inferior.
En cuanto a la paternidad del primitivo diseño, dado su marcado acento italianizante, es factible pensar en la posible intervención del arquitecto jiennense Francisco del Castillo.
Fuente: Úbeda Guía Histórico Artística de la Ciudad. Excmo. Ayuntamiento de Úbeda, 1985
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Fecha de la última actualización 29/10/07 |
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